Durante la citada cumbre, los máximos responsables de ambos países, José María Aznar y Tony Blair, harán público casi con toal seguridad un acuerdo por el que Gibraltar no podrá tener una relación autónoma en el seno de la UE y dependerá de las autoridades británicas, por lo que se definirán las autoridades competentes en cada momento.

Según el acuerdo, el Reino Unido no podrá delegar determinadas competencias políticas y legales sobre su colonia, lo que garantiza a España su pretensión de que Gibraltar no se relacione de modo independiente con la UE.

Además, el acuerdo permitirá al Gobierno de Londres iniciar su camio hacia el convenio de Schengen, aun sin levantar el control fronterizo y aduanero, e iniciar la cooperación en materias como Justicia e Interior.

El acuerdo con las autoridades británicas no tiene ninguna alusión a la reclamación española sobre la soberanía española de Gibraltar.