Apenas media hora bastó para que José María Aznar y Fidel Castro elevaran el grado de las relaciones hispano-cubanas hasta un punto difícilmente imaginable hace sólo dos años. La tensión surgida entre ambos en la cumbre de Santiago de Chile d 1996 dio lugar a un distanciamiento entre Madrid y La Habana, si bien en la reunión de Isla Margarita del pasado año se creo el escenario adecuado para un mejor entendimiento.

En la comparecencia conjunta ante la prensa, el presidente español destacó el deseo compartido también por Fidel Castro de que las relaciones "sigan un transcurso positivo, intensamente positivo", con la vista puesta en la cumbre que se celebrará el próximo año en la isla caribeña.

El propio José María Aznar reconoció habe mantenido en los últimos días varios contactos telefónicos con Fidel Castro antes de la reunión de hoy, en la que ambos pusieron el acento en seguir trabajando "con discreción y resolviendo los problemas que se puedan poner delante de nosotros".

Los dos gobernantes subrayaron el hecho de que su entrevista bilateral fuera la primera de las celebradas en Oporto, antes incluso del inicio formal de la cumbre.

El comandante cubano fue más descriptivo al explicar cómo ha transcurrido el encuentro, segn él "agradable" y "satisfactorio", recalcando al tiempo lo que a su juicio han sido "considerables avances" en el diálogo bilateral.

Para Castro, que se confesó "cuidadoso" en el uso de las palabras, las relaciones son "excelentes", opinión compartida por el presidente del Gobierno español.

Ninguno de los dos quiso apuntar una fecha para el viaje oficial de los reyes a Cuba, limitándose a recordar la cumbre que se celebrará en noviembre del próximo año en La Habana, y en la que en palabras de Azar, "si Dios quiere, allí estaremos".

Sí confirmó Aznar el deseo de que don Juan Carlos y doña Sofía realicen una visita de Estado al país caribeño, y añadió que espera que "ese deseo pueda convertirse en realidad".