El propio alcalde de Palma, Juan Fageda, ha reconocido en diversos medios que el presidente González, en una reciente visita a Palma de Mallora, expresó su deseo de que la citada cumbre tuviera lugr en los alrededores de este palacio. Según Fageda, Cañellas y don Juan Carlos hablaron de ello el pasado mes de agosto en la habitual entrevista que sostienen cada verano en el Palacio de Marivent.

Desde el Gobierno Balear se ha destacado el éxito que tuvo la reciente cumbre hispano-lusa celebrada en un hotel de la capital balear en una organización conjunta entre los ejecutivos español y balear.

Por su parte, el Palacio de la Almudaina, enclavado en el centro histórico de la capital balear, ha ido la residencia de los soberanos del Japón, Akihito y Michico en su reciente visita a la Isla.

Gabriel Cañellas ya ha ofrecido toda la colaboración y el apoyo logístico necesario al Gobierno Español. En este sentido, tiene previsto para hoy un primer contacto con el jefe del departamento internacional de Moncloa, José Pons Irazazábal, a quien le comunicará que "Baleares está dispuesta a todo", señaló el presidente balear.

En declaraciones a Servimedia, Cañellas expresó su satisfacción por la suerencia de González. A su juicio, el citado palacio, convertido hoy en edificio militar, "es el lugar adecuado si tenemos en cuenta que desde allí, si hace un sol estupendo, las vistas son maravillosas", dijo en tono jocoso.

OTRAS ALTERNATIVAS

Sin embargo, desde la primera institución oficial isleña no se descarta cualquier otra alternativa que venga obligada por razones de seguridad. "Nosotros estamos abierto a todo", dijo Cañellas quien añadió que "estaremos dispuestos a hacer lo que sea por conseuir que esto se haga aquí".

Al mismo tiempo, desde distintos sectores socio-económicos de las Islas ya se empiezan a calcular las "interesantes" consecuencias que sobre la imagen turística de la comunidad tendrá un evento de este tipo, señaló Ina Martínez, gerente de Fomento de Turismo de Mallorca.

Al respecto, el presidente balear recalcó que "además de todo eso lo que también importa es demostrar que Baleares tiene un nombre propio en Europa, que suena a algo agradable y moderno y algo que todo los europeos sienten como propio".