Cuevas aseguró que la inflación de 1992 se ha conseguido paralizando la actividad económica, lo que no supone un mayor control de los precios sino abocar a las empresas a "un proceso de destrucción, debilitamiento y endeudamiento permanente".

El dirigente de la CEOE insistió en que la previsión de inflación del Gobierno para 1993 no debe ser la referencia válida para las subidas salariales, sino la evolución previsible de los precios en los países más estables de la CE.

A este respecto, se ostró convencido de que será posible llegar a acuerdos en los convenios colectivos porque, a su juicio, los trabajadores son más conscientes que los sindicatos de la dificil situación que atraviesan las empresas y del peligro que corren sus empleos.

Cuevas insistió en que, al recomendar un incremento retributivo del 2,3 por ciento para 1993, la CEOE quiere que se conserven el mayor número de empleos y que cierren el menor número de empresas.

En relación con Castilla y León, Cuevas dijo que está sfriendo un proceso de desindustrialización y que no hay previstas, a corto plazo, inversiones de capital nacional o extranjero que puedan detener esa tendencia.