Para el sindicato que lidera Antonio Gutiérrez, la "desaforada" crítica del presidente de la patronal a alguna de las propuestas socialistas "revelaba más que ninguna otra cosa la irritación de Cuevas hacia otra fórmula de Gobierno que no fuera la que representa José María Aznar".

A juicio de este sindicato, la descalificación de Almunia y, especialmente, de la iniciativa de costituir un Tribunal de Defensa de la Competencia más independiente y con más poder sitúan a Cuevas "más comprometido con el futuro político del PP que con los intereses de la empresa", sobre todo los de la pequeña y mediana.

CCOO indica en un comunicado que es "preocupante" que una de las personas con más responsabilidad en el diálogo social y en la consolidación de un sistema de relaciones laborales fluido y eficaz, "se eche en brazos de intereses partidarios, ignorando su función institucional e irrmpiendo en la campaña electoral como agitador del programa conservador".

En opinión de CCOO, que cree que ningún país de la Unión Europea conoce una situación similar, "con los responsables de la patronal actual de vanguardia partidaria en la lucha electoral", Cuevas tendría que "aplicarse más" en la recuperación del diálogo con los sindicatos, al que presta poca atención desde hace tres años.

En concreto, acusó a la CEOE de haber incumplido los compromisos derivados de los acuerdos sobre la refoma laboral del 97, como los relativos al tiempo de trabajo y reducción de jornada, nuevas medidas contra la temporalidad y el desarrollo del acuerdo sobre negociación colectiva, entre otros.

CCOO destaca el derecho de todo ciudadano, sea dirigente empresarial o sindical, a defender y difundir sus ideas políticas, pero "otra cosa es implicarse activamente, en función de su cargo, en el debate político y electoral que protagonizan las fuerzas políticas, vulnerando la autonomía e independencia de las orgnizaciones a las que representan".

En este sentido, CCOO explica que en la resolución aprobada por el sindicato con vistas a las eleccciones del 12 de marzo se mantiene la posición histórica de no pedir el voto para ningún partido, "a pesar de su mayor identificación con el programa unitario pactado por PSOE e IU", y la intención de negociar con el Gobierno que resulte de las elecciones, "al margen del perfil ideológico que tenga".