Cuevas hizo este anuncio en la asamblea celebrara en Madrid por la Asociación Nacional de Fabricantes de Bienes de Equipo (Sercobe), en la que recalcó la necesidad de que ese programa "sea respaldado por el mayor número de empresas posible".

El presidente de la CEOE afirmó que no puede terminar 1993 sin que la sociedad española perciba que los empresarios tienen iniciativas y están dispuestos a ponerlas sobre la mesa, a fin desacar a España de la recesión.

Aunque no quiso opinar sobre el catálogo de medidas que ese programa incluiría, Cuevas hizo hincapié en que es imposible enderezar la economía sin una reducción del déficit público que dé prioridad a la inversión frente a las transferencias sociales.

En su opinión, la economía no puede crecer si dichas transferencias (pensiones y prestaciones de desempleo, entre otras) aumentan como en los pasados ejercicios, en lugar de acompasarse al crecimiento económico factibleen los próximos años, entre el 1,5 y el 2 por cien.

Cuevas dijo que, en vez de favorecer la inversión, el Gobierno socialista ha propiciado que, "en nombre de la solidaridad", que la economía cayese en "un proceso degenerativo de distribución de recursos que nunca hemos generado".

En su opinión, la nueva Administración está ahora obligada, una vez pasadas las elecciones, a decirle a los ciudadanos la verdad, "que la crisis y la recesión no es algo pasajero, sino profundo y estructural".

EL REPATO DE CARTERAS

Respecto a la composición del nuevo Ejecutivo, subrayó que la CEOE no apuesta por ninguna fórmula en concreto, pero sí opina que, en el caso de formarse un ejecutivo de coalición, los compromisos deben alcanzarse sobre la base de programas y no de reparto de carteras.

Calificó de "pequeño histerismo" la idea de que los empresarios quieren un gobierno "fuerte y estable", ya que, a su juicio, la estabilidad sólo puede conseguirse, en estos momentos, con acuerdos políticos amplios.

A este respecto, insistió en que defender la conveniencia de un Pacto de Estado frente a la crisis respaldado por todas las fuerzas parlamentarias, a fin de que puedan salir adelante las medidas "poco populares" que urge aplicar.

En su opinión, la falta de consenso podría suscitar "un rechazo social fuerte" e incluso abrir la puerta a respuestas similares a la huelga general del 14 de diciembre de 1988.

Por otra parte, reconoció que los empresarios no han contribuido este año con una suficientemoderación salarial, ya que los salarios crecerán un 6 por ciento, más que la inflación, pero explicó que eso no obedece a que los empresarios sean "masoquistas", sino a que ven coartada su capacidad de maniobra por un mercado laboral demasiado rígido.

En una breve conversación posterior con un grupo de periodistas, Cuevas expresó su confianza en que Felipe González modifique el texto de la Ley de Huelga pactado en la anterior legislatura con los sindicatos.

Sin embargo no quiso pronunciarse sobr si su propuesta de un mayor rigor en las transferencias sociales en los Presupuestos del Estado en 1994 debe suponer un recorte de las pensiones y los gastos sanitarios.