"Es una equivocación, porque lo que quiere la Unión Europea, igual que España, es ayudar a Cuba", dijo a Radio Nacional el ministro de Asuntos Exteriores, quien agregó que la decisión cubana, de la que aún no ha recibido comunicación oficial, es una demostración de la poca voluntad de diálogo del régimen de Fidel Castro.

Para Abel Matutes, el hecho de que la decisión haya tenido lugar después de que la Unión Europea aprobase la propuesta española sobre Cuba "revela un talante muy poco abieto a las reformas" y demuestra la "inquietud" del Gobierno cubano, que se da cuenta de que "el modelo está acabado y no tiene posibilidades de sobrevivir a su fundador".

Explicó que la ayuda a Cuba no sólo implica un aumento de la cooperación para aumentar el nivel y la calidad de vida en la isla, sino también una serie de reformas que permitan mejorar la situación de los derechos humanos, recuperar a medio y largo plazo las libertades y una democracia pluralista, es decir, una serie de medidas "positvas y moderadas" que buscan presionar al régimen de Castro "por la vía del estímulo", no de las medidas coercitivas.

A su juicio, el régimen de Fidel Castro no ha meditado suficientemente sobre la situación de bloqueo internacional que padece y su falta de evolución interna.