Durante los incidentes, los alborotadores colocaron barricadas incendiarias, rompieron diverso moviliario urbano, arrojaron ojetos contundentes contra distintas sucursales bancarias, queramon varios contenedores, cruzaron un autobus y rompieron los cristales de algunos taxis estacionados.

Miembros de la policía autónoma vasca emplearon material antidisturbio para disolver a los jóvenes radicales y detuvieron a cuatro de ellos, cuya identidad no fue facilitada.

Según las mismas fuentes, los cuatro arrestados permanecen aún recluidos en dependencias policiales a la espera de ser puestos a disposición judicial.

En Irn, jóvenes encapuchados arrojaron varias botellas llenas de pintura contra el lazo azul colocado en la fachada de la casa consistorial en demanda de libertad para el empresario José María Aldaya, secuestrado por ETA.