La grieta está localizada en una de las soldaduras circunferenciales del barrilete, una pieza situada en el interior de la vasija del reactor.

El pleno del CSN celebrado hoy acordó no esperar hasta la próxima parada de recarga qe debe realizar la central dentro de dos años (en la actualidad está a punto de finalizar la que se inició el pasado 18 de febrero) y ha requerido a los propietarios de la instalación nuclear una reparación integral de la pieza agrietada en el plazo máximo de un año.

Esta decisión obligará a los responsables de la central a variar sus planes, ya que inicialmente habían previsto reparar la pieza en la próximo parada de recarga.

La reparación consistirá en la instalación de cuatro barras longitudinles de sujeción en el barrilete, solución que ya ha sido aplicada en otras centrales de General Electric en el mundo.

Según el CSN, esta reparación representa una garantía adicional para el mantienimiento de las condiciones de seguridad de la instalación. Sin embargo, la solución no satisface a las organizaciones ecologistas, que ni siquiera aceptaban, no ya la reparación del barrilete, sino su sustitución, por entender que equivale a poner un parche que no garantiza la seguridad en la planta nuclear. El pleno del CSN también ha analizado los defectos de los soportes de las bombas de chorro que presenta Garoña. Durante la parada de recarga que está a punto de finalizar se han reparado 14 de las 20 bombas que tiene la instalación, aunque sólo se han encontrado defectos en 4.