El proyecto, en el que colabora el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), aplicará nuevos métodos moleculares para individualizar cada uno de los osos cántabros, conocer su sexo, el grado de endogamia y el parentesco entre ellos, informaron hoy fuentes del CSIC.

El departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del MNCN está realizando, en colaboración con la Universidad de Grenoble (Francia), el análisis genético que permitir identificar a cada ejemplar de la zona oriental de la cordillera cantábrica, además de proteger a la especie del furtivismo.

Este estudio se efectúa a partir de las células que se obtienen de los pelos y excrementos que los osos desprenden y que se consiguen sin provocar ningún daño físico al animal.

Una vez extraído el ADN de estas células, se amplifican aquéllas zonas de información genética exclusivas de cada individuo (microsatélites), de las cuales se han podido determinar diez y cuya combiación proporciona el perfil único e invariable de cada animal.

Toda esta información genética se introduce en una base de datos, en la que se correlaciona con la localización y fecha exacta de las muestras, huellas, lugares frecuentes de actividad, etc. Hasta ahora, los investigadores del CSIC han podido identificar siete ejemplares con este método, que puede aplicarse en cualquier lugar y a cualquier especie en peligro de extinción, como el urogallo o el lince ibérico.

El estudio, que dirigen Igacio Doadrio e Isabel Rey, del MNCN, se inició el pasado mes de mayo y se prolongará hasta la próxima primavera. El oso pardo se encuentra en los Pirineos (aunque atraviesa un grave riesgo de desaparecer por completo), y sobre todo en la cordillera cantábrica, con un número estimado de entre 70 y 80 ejemplares.