El responsable del dispositivo de Cruz Roja Española en esta región de Indonesia, Miguel Urquía, ha afirmado que "dentro de la gravedad de la situación, tuvimos mucha suerte al contar ya con equipos especializados en agua y saneamiento que habíamos desplegado preventivamente cerca del volcán Merapi y que pudimos dirigir rápidamente hacia Yogyakarta para atender a las victimas del terremoto".

La principal urgencia de los damnificados es contar con cobijo y albergues provisionales, por lo que Cruz Roja ha centralizado sus esfuerzos en la distribución de más de 15.000 tiendas de campaña familiares.

Sin embargo, según apunta Urquía, este operativo dista mucho de cubrir las necesidades de las víctimas: "Hacemos todo lo que podemos, pero no hay que olvidar que cerca de 65.000 familias (más de 320.000 personas) perdieron sus viviendas y con las distribuciones de tiendas por parte de Cruz Roja podremos cubrir solo el 30% de las necesidades; hace falta más ayuda de forma inmediata".

"Gran parte de nuestros delegados tienen amplia experiencia en catástrofes como el tsunami de diciembre de 2004 o el terremoto de Pakistán de 2005, lo que nos da una experiencia y una inmediatez que marcan la diferencia ante este tipo de situaciones", concluyó.