Toni Bruel señaló a Servimedia que una vez que ya no existe presencia francesa en la zona, "los desplazamientos de la población se van a producir en millares, y es muy difícil de saber dónde se van a hacer las masivas agrupaciones humanas, tanto fuera como dentro de Ruanda".

En su opinión, al importante movimiento de ruandeses hay que añadir las inclemencias climatológicas y "esto supone mayores riesgos para la salud, así como la falta de atención que se pueda prestar a a población, ya que significa días enteros de caminar bajo la lluvia".

El coordinador general de Cruz Roja consideró que "todo este movimiento dificulta la planificación de ayuda humanitaria", por lo que este organismo está empezando a preparar equipos "lo más móviles posibles" para poder desplazarse con facilidad y atender a la población.

Desde que comenzó el abandono de los "casos franceses" de Ruanda, en la ciudad de Bukavu el goteo de refugiados es cada vez "más y más numeroso". Este campo esaba preparado para alojar unas 35.000 personas y "ahora hay unos 55.000 ruandeses a raíz de la retirada, de los que 2.000 padecen ya de meningitis".

La Cruz Roja Internacional, tanto el Comité como la Federación, han comenzado a a actuar en el propio interior de Ruanda para intentar abastecer de alimentos a la población, por la "situación humanitaria tan compleja de éxodo que se está produciendo".

Toni Bruel señaló que la organización enviará esta semana un avión con material de abrigo y de preveción contra la lluvia hacia Ruanda donde llevan unos 10 días de frío durante las noches.