La teleasistencia de Cruz Roja se centra en los mayores pero no son los únicos que se benefician de este servicio. También es parte de la protección que se les ofrece a mujeres que sufren violencia de género, personas con enfermedades crónicas, aquellas que han sufrido un accidente u operación, personas cuidadoras, mujeres embarazadas, adolescentes, deportistas o cualquiera que se encuentre en situación de soledad.

En función de la persona y sus necesidades, se puede recurrir a un tipo de teleasistencia u otro. En todos ellos, la base fundamental es la misma, existe un pulsador que conecta directamente a la persona, desde cualquier estancia de la vivienda, con el personal de Cruz Roja. Puede llevarse colgado o en la muñeca, e incluso puede mojarse. En caso de emergencia, profesionales autorizados acceden al domicilio agilizando la atención y minimizando los daños.