Carmen Veiga, presidenta autonómica de Cruz Roja, informó ayer que de cada 100 pesetas gastadas, 46 son destinadas a la atención de personas mayores, 19 a mujeres, 17 a menores, 6 a minusvalías, 5 a integración social, 2 a toxicomanías, 2 a luchar contra el sida y 1 a reclusos.

Veig señaló que la entidad obtuvo el año pasado un superávit próximo a los 40 millones, que serán destinados a "tapar" el déficit de 800 millones que arrastra la Cruz Roja asturiana.

Buena parte de esta deuda fue adquirida entre 1992 y 1993, cuando el hospital de la Cruz Roja de Gijón registró pérdidas de 160 millones. La presidenta regional indicó que la ONG está reconvirtiendo esta deuda "siguiendo criterios profesionales de gestión".