CRONICA RESUMEN 1995. LIBERALIZACION DE LA TELEFONIA MOVIL ==========================================================

- Hoy, un teléfono móvil cuesta 10.000 pesetas, frente a las 150.000 de hace dos años, y se puede comprar en el "hiper"

- Los grandes bancos han vuelto a interesarse por sectores ajenos a su negocio típico

- La industria nacional ha asumido el reto de aprovechar el momento y está generando empleo

MADRID
SERVIMEDIA

(Por José Luis Guzmán)

Sólo han transcurrido dos meses desde que inició su servicio Airtel, el consorcio privado a que el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA) adjudicó la segunda licencia de telefonía móvil GSM, y los españoles hemos tenido ya ocasión de comprobar en vivo y en directo las excelencias de la competencia.

Por el momento, el consumidor ha comprobado que no hace falta 'aflojar' las 150.000 pesetas que se llegaron a pagar por un teléfono móvil hace poco más de dos años, cuando el equipo de José Borrell ni siquiera había planteado la entrada de la competencia en el sector. Sólo el anuncio de que habría un segundo operador con la nueva tecnología Global System Mobile (GSM) forzó a la baja los precios, y ahora, la 'señora de la casa' puede llevarse del 'hiper', junto al carrito cargado de congelados, un terminal telefónico por menos de 10.000 pesetas. Algo sí se ha ganado.

Además, Telefónica Móviles y Airtel ya han hecho práctica común de los descuentos la eliminación de las cuotas de conexión y la elaboración de tarifas algo más baratas de las que se anunciaban ante de emprender el camino de la competencia.

Pero la importancia de Airtel es mucho mayor de lo que las páginas de economía de los periódicos suelen reflejar a diario. Para los ejecutivos del sector, ha sido el pistoletazo de salida de una carrera en la que bancos e importantes grupos industriales del país pugnan por colocarse en un sector -el de las telecomunicaciones- que debería situar a España entre las naciones más desarrolladas del mundo.

El sprint final, señalan, consiste en evitar que el doinio de las redes por las que circulará la información en el futuro relegue a un segundo plano la lengua y la cultura hispánicas. Pero a corto plazo, reconocen, lo que se plantea es evitar que la competencia controle unas redes por las que pasarán en el futuro buena parte de los servicios que dan las empresas.

El impresionante esfuerzo económico que se ha planteado estaba siendo cubierto hasta ahora en solitario por Telefónica, bajo la tutela de su principal accionista, el Estado, y a costa del bolsilo de todos los españoles, es decir, unos dos billones de pesetas en las últimas dos décadas.

¿LLEGARAN LAS COMPENSACIONES?

Un esfuerzo faraónico que el Estado y Telefónica se han resistido a olvidar de la noche a la mañana, como lo demuestra la decisión de cobrarle al segundo operador un canon de 85.100 millones de pesetas por la licencia.

El presidente de Airtel, Eduardo Serra, ha dicho por activa y por pasiva que se trata de un agravio frente a su competidora pública, Telefónica Móviles, y qu debe ser compensado, o de lo contrario acudirá a los tribunales comunitarios, en donde parece contar con más adeptos que en España.

Quizá, la razón de esta 'carta' esgrimida, aunque no empleada aún, sea que en España tiene la competencia de bancos que no son sus accionistas -BBV, Argentaria y La Caixa-, y que tras quedarse fuera del conscurso del 'móvil' han apostado por un caballo seguro, Telefónica, aún controlada por el Estado y que ya ha demostrado que la 'guerra' va en serio, haciendo que los bacos socios de Airtel -Santander, Banesto y Central Hispano- salgan de su consejo.

Pero hay dudas de que esas compensaciones lleguen en la forma deseada por Eduardo Serra. Aunque Borrell ha prometido que habrá descuentos en las cuotas de interconexión a la red fija, es decir, el acceso de las llamadas desde la red Airtel a los teléfonos que todos tenemos en casa o la oficina, no se ha especificado que esas cuotas también las paga Telefónica Móviles a su propietaria y que el descuento puede ser el mismopara las dos empresas, al menos así se lo han dejado ver a Servimedia en fuentes de toda solvencia.

Lo cierto es que la realidad se ha impuesto y ha hecho ver a nuestros gobernantes que no bastaba con los presupuestos públicos para construir la "gran pirámide de las telecomunicaciones", y que hacía falta el concurso de la iniciativa privada, sobre todo si al final la Unión Europea, a la que nos debemos, iba a exigir la retirada de los gobiernos del primer plano para asegurar la libre concurrencia.

D NUEVO LA GRAN BANCA

El caso es que la telefonía móvil nos ha devuelto a los españoles a una dinámica que parecía olvidada, la de la presencia destacada de la banca y la gran industria en sectores económicos ajenos al estrictamente crediticio y financiero, y con importantes expectativas de futuro.

Tras el primer round de la telefonía móvil, la pugna se centra ahora por situarse bien en la 'parrilla de salida' del cable -fibra óptica- que con la excusa de ampliar la oferta televisiva permitirá colcarnos en casa unos 'hilitos' por los que en el futuro llegará todo lo demás, incluidas más comunicaciones móviles, fijas, etc. Igual, hasta la oficina. Ya se habla del 'teletrabajo'. O sea, más competencia.

De hecho, los que se apuntaron a Airtel han sido precavidos y se han asegurado un puesto para el que será segundo operador de telefonía básica, o lo que es lo mismo, Retevisión, a través de su filial Optel S.A. Una opción del Gobierno para introducir más competencia en las telecomunicaciones españlas y que ya ha desencadenado la pugna entre bancos y grupos industriales por estar entre sus accionistas.

...Y LA GRAN INDUSTRIA

Otro ejemplo evidente de las bondades de la competencia ha sido el de la obtención de contratos de suministro de equipos entre la industria fabricante de teléfonos, emisoras, etc. (Ericsson, Motorola, Siemens, Alcatel, Nortel Telecom...).

Este es uno de los apartados que más polémica suscitó cuando se elaboraron las bases del concurso para adjudicar la licencia GSM, obre todo cuando el Ministerio de Industria intentó convertirse en el abanderado de las empresas con fábricas en España y exigió que los compromisos con estas empresas puntuasen para llevarse el gato al agua.

El resultado fue que Ericsson se quedó con un compromiso de suministros a Airtel de 25.000 millones de pesetas para equipar la red del segundo operador de móviles, propiciando la creación de 400 empleos en Bilbao y Madrid y generando una inversión asociada de unos 5.000 millones de pesetas en susfiliales españolas.

Lo que apuntan todos los agentes implicados en el negocio de las telecomunicaciones es que el 'caso Airtel' ha sido un buen laboratorio de experimentos -los que forman parte de este consorcio prefieren hablar de una primera experiencia satisfactoria-, para seguir adelante en el proceso de inversiones y desarrollo de las 'telecos' en España.

La cuestión, aseguran, es que aún está pendiente una inversión en el sector de más de un billón de pesetas, para cuya gestión la experienca de Airtel va a ser la 'cartilla' en la que todos los que pretendan meterse en este negocio de las telecomunicaciones tendrán que aprender a leer.

(SERVIMEDIA)
17 Dic 1995
G