Las elecciones autonómicas y municipales del pasado28 de mayo han marcado un antes y un después en la política española, igual que ocurriera en 1979 con la victoria socialista en los primeros ayuntamientos democráticos.

Ese día los populares transformaron en poder real la tendencia alcista que su partido había dejado patente un año antes al ganar las Elecciones Europeas.

En números redondos, el PSOE perdió 4.000 concejales, 5.000 ganó el PP y 900 ganó IU. Y, lo más importante a efectos de imagen, el PP logró ser la lista más votada en 44 de las 5 capitales (todas excepto las catalanas, Comunidad Autónoma Vasca, Pamplona, La Coruña y Santa Cruz de Tenerife).

Este último dato permitió a José María Aznar aparecer sonriente la misma noche electoral capitalizando el triunfo con un mapa de España en el que todo eran gaviotas (anagrama del partido).

Nada ha podido hacer el PSOE desde entonces para contrarrestar la sensación de 'vuelco', pese a mantener el tipo en el cómputo total de voto municipal (6,8 frente a los 7,8 millones del PP) gracias l apoyo en núcleos rurales medios (10.000-50.000 habitantes).

Fueron mujeres como Luisa Fernanda Rudi, Teófila Martínez, Celia Villalobos, Rita Barberá o Soledad Becerril, banderín de enganche utilizado por Aznar como símbolo del poder emergente, quienes lograron vencer en terrenos tan difíciles para el PP como Zaragoza, Cádiz, Málaga, Valencia y Sevilla.

Por lo que respecta a las autonómicas, el 28 de mayo los gobiernos de la Comunidad Autónoma de Madrid, Principado de Asturias, Aragón, La Rioja Murcia, Cantabria y Comunidad Valenciana pasaron a manos populares. A esas regiones hay que sumar Galicia, Castilla y León y Baleares, que ya tenían ejecutivos del PP.

La falta de sintonía de PSOE e IU en política nacional tuvo su reflejo en la ausencia de pactos poselectorales entre las dos fuerzas de izquierda, que hubieran podido privar al PP de muchos centros de poder donde sólo alcanzó a ser la lista más votada.

Es el caso de ayuntamientos como el de Málaga, donde Celia Villalobos se hizo cn la Alcaldía, o regiones como Asturias. Los socialistas, por su parte, conservan la emblemática Alcaldía de Barcelona para Pascual Maragall, gracias a un pacto con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), o La Coruña, donde el incombustible Francisco Vázquez renovó mayoría absoluta.

PUJOL SIGUE EN MINORIA

El pasado 19 de noviembre Jordi Pujol vio cómo se le esfumaba la mayoría absoluta de la que disfrutó en los últimos diez años. Pasó de tener 70 diputados en el Parlamento de Cataluña a 60 y ya ha omprobado lo que va a ser gobernar en minoría, con la elección del socialista Joan Reventós como presidente del Parlament.

El gran triunfador de esa campaña fue también el PP, que pasó de 7 diputados a 17 (uno de ellos en Gerona, la única provincia española donde el PP nunca tuvo representación) y ya se plantea desbancar a CiU como segunda fuerza política en las Elecciones Generales de marzo.

Joaquim Nadal, el alcalde de Gerona y candidato del PSC al que todos auguraban un batacazo fruto de la ol de voto de castigo al PSOE en toda España, logró frenar la caída y bajar 'sólo' de 40 a 34 parlamentarios el Grupo Socialista.