Según Moreno, con la aprobación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 1999 y su traslado al Parlamento "se ha arruinado toda posiblidad de alcanzar nuevos acuerdos sustantivos en las mesas de negociación abiertas entre sindicatos, Gobierno y patronal".

A su juicio, "es muy llamativo el empeño de algunos sindicalitas en mantener una pantomima de negociación. También sorprende que se sigan dando plazos al Gobierno más allá de los acordados reiteradamanete en los órganos de dirección de CCOO y de forma unitaria también con UGT, y sobre todo choca la negativa del aparato de CCOO a emprender un proceso de movilización".

Respecto a la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, Moreno lamentó que "no se ha dado ni un solo paso de avance ni en la dirección de la ley ni en la dotación de recursos para faciltar su adopción en las empresas a través de la negociación colectiva".

El líder del sector crítico de CCOO opinó que "no se puede justificar una actitud que parece buscar la respetabilidad sindical ante el poder político haciendo abstracción y olvido de los intereses de los trabajadores o que, como mucho, busque algún pequeño acuerdo para aplicar sobre él lo que se podría denominar la mitificación del logro buscando dos objetivos: la exageración sobre su importancia y la justificación para seguir mantniendo la política de buena vecindad con el Gobierno".