Los hechos ocurrieron hace dos años, cuando J.M.P., de 48 años y maestro de un colegio público de Bilbao, abordó a una niña de 10 años. Tras preguntarle si sabía eer, le pidió que le leyese un papel mientras andaban juntos.

Al llegar a un portal de la calle bilbaína Gregorio de la Revilla, J.M.P. pidió a la niña que le indicará los nombres de un casillero, momento en el que el acusado procedió a tocar el pecho y la vagina a la niña, hasta que un ruido repentino en la escalera provocó que el maestro dirigiese la mirada hacia la puerta del portal, segundos que la niña aprovechó para escapar.

J.M.P. fue detenido al día siguiente por agentes de la policía, trs haber sido reconocido por la niña en una plazoleta donde había acudido con su madre a jugar.

La asociación "Clara Campoamor" ha criticado la sentencia por declarar como abusos deshonestos un hecho que en realidad considera que fue "un intento de violación, ya que la niña chilló, se opusó y consiguió escaparse; por lo tanto es un delito contra la libertad sexual".

Aunque afirma que acata la sentencia, la asociación considera "ridícula" la pena de seis meses y un día de prisión menor impuesta poreste delito.

"Una vez más tenemos que censurar el castigo impuesto a este tipo de delito, ya que nos parece injusta la aplicación de la pena mínima, cuando la ley contempla un máximo de seis años", señaló la presidenta de la asociación, Blanca Estrella.