García, que ha desarrollado en los últimos 20 años un intenso trabajo de investigación sobr la Sábana Santa, considera, asímismo, que Jesús habría fallecido irremediablemente a las 48 horas de ser crucificado, aunque su corazón no hubiese sido atravesado por una lanza.

Este experto forense destaca, también, que Jesucristo fue castigado esencialmente en las zonas genital y abdominal con una fusta de ramales dobles, por lo que cada latigazo le ocasionaba seis golpes. Además, indica que presentaba heridas en la cabeza, de casi dos centímetros de profundidad, causadas por la corona de espinas. García, que se confiesa creyente, es el autor de un libro que será editado el próximo mes de mayo, en el que plasma su investigación sobre la sábana encontrada en Turín (Italia).

En él, señala que Jesucristo padecía "una fuerte pericarditis traumática, pulmones enchardados, fallos electrolíticos y hemorragias internas en el abdomen y los riñones", según se desprende de sus investigaciones.

No obstante, tras indicar que la muerte le vino por axfisia, admite la posibilidad de que el cuerpo plasado en el lienzo no perteneciese a Jesucristo.