LA CRISIS RETRASA HASTA LOS 80 AÑOS EL INGRESO DE NCIANOS EN RESIDENCIAS, SEGUN UN ESTUDIO DE CENTROS PRIVADOS
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La crisis económica retrasa hasta los 80 años la edad media de los ingreso en residencias especializadas de carácter privado, según un estudio elaborado por el Grupo Ballesol, que gestiona varios centros geriátricos en Madrid y Valencia.
Durante el pasado año, las personas de la tercera edad que decidieron vivir en una residencia ingresaron a una edad más avanzada que en años anteriores y en peores condicines de salud.
Según el estudio, mientras que en 1992 la edad media de ingresos en residencias geriátricas fue de 75,31 años, en 1993 las personas mayores ingresaron en centros especializados con 80 años cumplidos, exactamente 80,71 años.
En opinión de Lola Soler, presidenta del Grupo Ballesol "la elevada edad de los residentes lleva aparejado un mayor deterioro físico, por lo que las residencias para la tercera edad se convierten, en ocasiones, en auténticos centros de salud".
Por otra parte los datos derivados del estudio mencionado están en contradicción con la idea generalizada respecto a la soledad que rodea a las personas de la tercera edad y echa por tierra el supuesto "abandono" que padecen los mayores ingresados en residencias.
Según datos facilitados por el grupo y obtenidos fundamentalmente a través del número de comidas de invitados, cada anciano recibe semanalmente una media de 4 visitas de familaires o amigos.
Respecto a las comidas, las personas mayores prefieren los patos tradicionales de nuestra cocina y que, muchas veces, les están prohibidos. Los cocidos, las judías y cualquier guiso de cuchara son, en general, los menús favoritos de las personas mayores.
Al parecer, nuestros mayores tampoco son muy partidarios de las comidas ligeras, como las ensaladas, y suelen rechazar los postress de fruta, aunque repiten varias veces el arroz con leche o cualquier tipo de dulce.
El estudio elaborado por el Grupo Ballesol señala que las personas mayores, salvo excepcioes, son sociables y se relacionan bien entre ellos, y, aunque al principio muestran un cierto rechazo a vivir en una residencia, rápidamente se adaptan y prefieren recibir visitas antes que hacerlas.
(SERVIMEDIA)
07 Mar 1994
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