El profesor Larry Marnett y su equipo de bioquímicos de la universidad norteamericana de Valderbilt realizaron diversas pruebas a base de una molécula de la aspirina hasta dar con la fórmula que ofrecía los resultados deseados.

La aspirina es uno de los remedios más antiguos y que ha tenido más éxito de todos los tiempos. Combate los dolores, reduce la fiebre y las inflamaciones y es capaz de interrumpir la formación de coáguls de sangre peligrosos. Los expertos han demostrado que puede llegar a prevenir el cáncer de colon.

Posteriormente, se han obtenido fármacos relacionados con ella, como los no-esteroidales y los anti-inflamatorios (conocidos como NSAIDS). En el grupo de estos fármacos se hallan el ibuprufeno y el naproxeno, hoy en día utilizados por millones de personas en el mundo.

La desventaja es que estos NSAIDS tienen unos efectos secundarios graves en ocasiones, por ejemplo, pueden provocar hemorragias estoacales e intestinales. Estas complicaciones se cobran más de 7.000 vidas cada año, sólo en EEUU.

Marnett asegura que la nueva fórmula de aspirina ha funcionado bien en las pruebas efectuadas, pero todavía les llevará años llegar a algún acuerdo con firmas farmacéuticas para su comercialización.