La nueva norma regula la descontaminación (separación y reciclado independiente de los componentes del vehículo que tienen la condición de residuos peligrosos) y establece una red de Centros Autorizados de Recepción y Desontaminación (CARD), que cubra todo el territorio nacional, en los que se deberán depositar todos los vehículos fuera de uso.

Se trata de eliminar así los tradicionales cementerios de coches o los lugares -normalmente descampados en las cercanías de las poblaciones- que se suelen utilizar para abandonar todo tipo de vehículos viejos, con el riesgo que esta práctica supone para el medio ambiente.

OBLIGADO

La nueva normativa basa su eficacia en el propietario, al que impone la obligación de entrear el vehículo al final de su vida útil, bien directamente o a través de una instalación de recepción, a un centro autorizado de tratamiento que realizará su descontaminación.

Para ello, los concesionarios deberán hacerse cargo de los vehículos que les sean entregados, garantizando la suficiencia de las instalaciones de recepción, antes de conducirlos a los puntos de tratamiento.

Finalmente, para evitar la contaminación medioambiental de los trabajos de demolición, se establecen condiciones de alacenamiento y se fijan los requisitos técnicos que han de reunir las instalaciones de recogida y tratamiento, incluida la descontaminación de los vehículos y de los elementos que los componen.