Estos costes están relacionados con los problemas de salud: consecuencias en el sistema respiratorio, toxicidad debida a la acumulación de plomo, pérdida de productividad humana por la morbildad y la mortalidad y degradación de las edificaciones.

Un estudio alemán concluye que el 91 por ciento de los costes es atribuible al transporte por carretera, el 4 por ciento al ferrocarril, el 3 por ciento a los transportes fluviales y el 2 por ciento al aéreo.

El informe indica que el automóvil es responsable del 55 por ciento de las emisiones totales de CO2 producidas por el sector de los transportes.

Además, el 75 por ciento de las emisiones de CO2 provocadas por el transporte por carrtera y por ferrocarril en la CE proceden del transporte de viajeros.

Respecto a otros contaminantes, los vehículos son los responsables del 53,6 por ciento de las emisiones de óxidos de nitrógeno, del 27,1 por ciento de los compuestos orgánicos volátiles y del 2,9 por ciento de anhídrido sulfuroso.

Estos datos demuestran que la emisión de contaminantes a la atmósfera depende, en gran medida, de las condiciones de la circulación.

También las emisiones gaseosas producidas por los aviones han dspertado una preocupación creciente entre los dirigentes comunitarios, fundamentalmente las vertidas en las capas medias y altas de la troposfera, ya que el impacto de los gases causantes del efecto invernadero, en particular de los óxidos de nitrógeno, es mayor que cuando son vertidos a nivel de suelo.

A la contaminación atmosférica provocada por los distintos medios de transporte hay que unir la que producen en el agua y en el suelo.

El estudio advierte sobre el peligro que entrañan para la sald humana, la flora y la fauna los efectos tóxicos que origina el vertido de productos químicos al medio marino.

En relación con el suelo, mantiene que la estrecha interacción entre los diferentes ecosistemas (suelo, aire y agua) aumenta la vulnerabilidad del suelo e incrementa la magnitud del impacto que provoca la contaminación.