El socavón, localiado a escasos metros del cruce de la Castellana con la calle Raimundo Fernández Villaverde, en dirección a la plaza de Castilla, tenía una superficie de unos 60 metros cuadrados, de acuerdo con los datos facilitados por la Policía Municipal.

Los agentes rodearon con vallas el punto en el que se produjo el hundimiento y desviaron el tráfico por los carriles libres. La policía desconocía las causas que motivaron el socavón, pero descartó la posibilidad de que se hubiera producido por una vía de agua.

Hasta las 19,00 horas la zona del accidente no registraba retenciones, aunque el Gabinete de Tráfico advirtió que a última hora de la tarde podrían producirse atascos, coincidiendo con la salida de muchos madrileños de sus puestos de trabajo.