El suceso tuvo lugar hacia las 15,30 horas de ayer. El propietario del establecimiento requirió la intervención de la policía al observar que un cliente al que no conocía y que había entrado en los servicios no salía, por lo que sospechó que se había inyectado droga.

La dtación de un vehículo radio-patrulla de la policía solicitó al ocupante del servicio que saliera, a lo que el hombre contestó que no podía hacerlo por encontrarse indispuesto.

Pasados unos minutos, los funcionarios forzaron la puerta, con el consentemiento del dueño del bar, y encontraron un gran charco de sangre y al desconocido sujetándose el pene, seccionado casi en su totalidad y unido sólo por un trozo de piel.

Identificado como F.J.F., fue trasladado con urgencia al Hospital Gregorio Marañó, donde fue intervenido quirúrgicamente. La policía desconoce por el momento los motivos de que decidiera cortarse el pene.