Según ha comunicado de CFI, la nueva normativa se aplica a todos los proyectos que el sector privado está llevando a cabo en los países en vías de desarrollo.

A pesar de disponer actualmente de medidas de salvaguarda para minimizar el impacto de los proyectos sobre el entorno, CFI ha considerado que los nuevos requisitos, más ambiciosos, son un buen sustituto, ya que no sólo cubren más áreas, sino que también amplían el ámbito de actuación de las ya existentes.

Concretamente, contienen nuevas exigencias en las materias de salud, seguridad e higiene para la comunidad; condiciones laborales; prevención de la contaminación y protección de la biodiversidad; evaluaciones sociales y medioambientales integradas; establecimiento de mecanismos de reclamación para la comunidad y los trabajadores, y mayor información al público sobre CFI y sus compañías.

El vicepresidente de la corporación, Lars Thunell, considera que "las nuevas medidas de FCI son más estrictas, mejores y más comprensivas que las de cualquier otra institución financiera internacional que trabaje con el sector privado".

"Con estas nuevas políticas deseamos ofrecer a las compañías que desarrollan proyectos en mercados emergentes la capacidad de gestionar plenamente sus riesgos sociales y medioambientales y competir mejor en una economía mundial", añadió Thunell.

Las nuevas medidas son el resultado de un proceso de consulta en el que inversores, gobiernos, industrias y organizaciones de la sociedad civil participaron activamente.

La misión de la Corporación Financiera Internacional consiste en promover la inversión sostenible del sector privado en los países en vías de desarrollo, contribuyendo así a reducir la pobreza y mejorar la vida de la población.

La Corporación también financia las inversiones privadas, moviliza capital en los mercados financieros internacionales, ayuda a los clientes a mejorar la sostenibilidad social y medioambiental y ofrece asistencia técnica y asesoramiento a gobiernos y empresas.