Hace dos años dicho tribunal emitió una sentencia que ponía fin a la exclusividad del ejercicio de esta profesión por personas ciegas, por considerar que esta situación era discriminatoria para las personas sin discapacidad que quisieran dedicarse a esta actividad.

La decisión produjo numerosas protestas, que dieron lugar a una serie de decisiones gubernamentales y judiciales que finalmente restablecieron la exclusividad de la profesión para personas ciegas, aunque permitiendo una participación limitada de profesionales sin discapacidad.

Estos últimos siguen luchando por conseguir trabajar en igualdad de oportunidades en el sector, y denuncian que debido a que el el ejercicio de la profesión está reservado a las personas ciegas, al menos 120.000 masajistas sin discapacidad tienen que trabajar de forma clandestina, enfrentándose a multas de hasta 3.300 euros.

"No pretendemos arrebatar el empleo a los masajistas ciegos, sólo compartir el mercado. Creo que se debería ayudar a las personas ciegas a desarrollar otros empleos, y no darles derecho exclusivo de ejercer uno solo", ha subrayado Park Yoon Soo, que lidera el movimiento para liberalizar la profesión en Corea del Sur.