Esta nueva versión de la muerte de "Txomin" es uno de los datos inéditos que figuran en el libro "Las conversaciones secretas Gobierno-ETA", que esta tarde presentará en Madrid su autor, Alberto Pozas, periodista y ex asesor del secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera.

La obra es prologada por el dirigente de Euskadiko Eskerra Mario Onaindía y en ella se narran las tentativas de diálogo o "convrsaciones políticas" iniciadas por el Gobierno español con los terroristas en suelo argelino, la llamada "Mesa de Argel".

Tentativas que tienen su origen en una estrategia de fases organizada por el Ministerio del Interior para acabar con la violencia, según Pozas, jefe de Nacional del desaparecido diario "El Sol".

La primera fase fue protagonizada en 1986 por el abogado Jorge Argote, vinculado con Interior, pero no orgánicamente. ETA exige elevar el nivel del representante gubernamental, pero Inerior no se fía y decide enviar el 11 de enero de 1987 al ya ex director general de Seguridad Julián Sancristóbal (ya no es cargo político) y al comisario Manuel Ballesteros a dialogar con "Txomin".

Según relata el autor, el clima antre ambas partes es hasta distendido. Los enviados de Interior llegan a emplear la expresión "alto el fuego" en la mesa de reuniones. Incluso después de finalizar una de las sesiones, "Txomin", Ballesteros y Sancristóbal participan en un asado de cordero nocturno que organzan argelinos en su honor.

CONFRATERNIZAN

"El cenar de pie", relata el periodista, "posibilitó que se formaran varios grupos de conversación informal con temas variopintos. "Txomin" había elegido a Ballesteros. La conversación fue amigable, de general a general, y "Txomin", para demostrar que era buena persona, relató que cuando estaba en España encuadrado en un comando operativo, se dio de bruces con unos policías en Basauri, se miraron a la cara y cada uno se fue para un lado; `no soy tan malo, envez de liarme a tiros nos dimos media vuelta y eso seguro que me reconocieron'".

Posteriormente, "Txomin" muere cuando colocaba una antena de TV en el pabellón que se estaban construyendo él, los miembros del "comando Madrid" María Belén González Peñalva e Ignacio Aracama, "Macario", y varios terroristas más en Argelia.

Alberto Pozas cuenta también cómo Corcuera viaja el 14 de enero de 1989 a Argel, tras el anuncio de quince días de tregua por parte de ETA. El ministro, dice el periodista, "no quere dejar todo en manos de Rafael Vera. No se trata de desconfianza, al contrario, considera que si la operación acarrea algún coste político, debe caer sobre sus espaldas".

Corcuera no estará en la sala de reuniones con los etarras, pero sí se reúne con una delegación argelina presidida por el entonces hombre fuerte de los servicios de información militar de ese país, Larbi Berkheil, para explicar que los contactos tienen el respaldo de todos los partidos democráticos españoles.