En su último número, el editorial de la revista señala que "si la misión de la Cope es presentar una visión cristiana de la realidad humana, no puede seguir por el camino que le dicten las opciones políticas o intereses de unos profesionales concretos".

"Vida Nueva" subraya que los cambios en la Cope "es algo que ciertamente debería habere abordado hace tiempo por la falta de pluralismo, dudosa ética y escasa profesionalidad que -como ahora vemos- acaban por volverse arma arrojadiza contra la que no valen apelaciones a la libertad de expresión", y recuerda que algunos sectores de la Iglesia reclaman desde hace tiempo algún tipo de actuación.

A pesar de las críticas que reporta a la Conferencia Episcopal ser accionista mayoritario de la cadena, el editorial se muestra partidario de que mantenga su presencia en una cadena de radio comerial, por entender que esta opción "generalista puede ser un modelo más adecuado de presencia (de la Iglesia) en nuestra cultura secularizada que las cadenas católicas de nueva creación, en las que la programación es de claro signo religioso".

Por este motivo, concluye aconsejando a los obispos que en la Cope "habrá que actuar; aunque, para no tropezar de nuevo en la misma piedra, la prudencia aconseje esperar y dejar que el trigo y la cizaña crezcan juntos un poco más de tiempo. Pero la siega ha de llgar".