Para la CCAE, la aplicación de este nuevo impuesto en los seguros agrarios tendría un efecto muy grave en un sector que, a su juicio, está necesitado de elementos que ayuden a su competitividad, y frenaría el objetivo de implantar mayoritariamente los seguros agrarios.

Según las cooperativas agrarias, este impuesto repercutirá en un mayor precio del segro, de manera que las subvenciones públicas sólo cubrirán parcialmente este nuevo coste añadido. Además, denuncian que a esta situación se suma la bajada de las subvenciones previstas en el actual proyecto del Plan de Seguros Agrarios para 1997.

Este plan, al que se destinarán para el próximo año un total de 15.308 millones de pesetas, recoge una bajada de las subvenciones de entre el 7 y el 8%, lo que, en opinión de las cooperativas agrarias, repercutirá en un mayor esfuerzo económico para los agricutores y ganaderos que quieran continuar asegurándose el próximo año.

Para la CCAE, tanto la entrada en vigor del nuevo impuesto como la rebaja de las subvenciones va contra los esfuerzos realizados hasta ahora por las administraciones públicas y las cooperativas, que llevan trabajando desde hace varios años con el objetivo de lograr un aseguramiento mayoritario de las producciones agrarias y ganaderas.

La CCAE señala que actualmente las producciones con un nivel de aseguramiento mayor son las de ítricos (31,63%), uva de vinificación (53,71%) e integral de cereal de invierno (64,02%), mientras que los seguros en otras producciones son muy inferiores (algodón, 15,42%; ganado vacuno reproductor y recría, 7,43%; aceituna de almazara, 3,58%; etc.).

Por todo ello, la CCAE cree que los proyectos tanto de implantación de un nuevo impuesto como de rebaja de las subvenciones son contradictorios con los criterios recaudatorios y perjudicarían al objetivo de extender los seguros, ya que sólo se mantendrín en el sistema los que mayor grado de riesgo tengan.