Este "master" tiene como objeto el desarrollo de las capacidades dirctivas de los profesionales y gerentes de las instituciones sin fin de lucro (Asociaciones, Fundaciones, Corporaciones, Cooperativas, Mutualidades, Obras Sociales, Centros Especiales de Empleo y Ocupacionales de Minusválidos).

Según fuentes de la organización, el curso, iniciado el pasado año, intenta ofrecer una formación empresarial a los gestores de este tipo de organizaciones, con la premisa de que una mejor getión facilitará el éxito en la consecución de los fines fundacionales.

El "master" a una especial importancia a los análisis de los procesos de dirección, buscando la mejora de las habilidades para la toma de decisiones y el trabajo en equipo, enfocando las entidades no lucrativas como empresas específicas que han de sobrevivir y crecer en un mundo competitivo.

El método de trabajo utilizado es teórico-práctico, haciéndo más hincapié en la práctica de la dirección y gestión, que en la teoría. Para la definición de problemas y la búsqueda de soluciones se estudian y analizan individul y conjuntamente casos y supuestos de diversos sectores empresariales y de instituciones sin fin de lucro.

El curso, que tiene un carácter generalista, sigue las líneas de trabajo de los "master" en dirección de empresas más prestigiosas, y han intentando añadirle el factor diferencial, que implica la dirección de asociaciones que trabajan por la inserción social de los minusválidos.

El profesorado está constituido fundamentalmente por directivos de empresas y de entidades no lucrativas, con expriencia docente y de procedencia multidisciplinar. Entre ellos destacan Rafael de Lorenzo, doctor en Derecho, vicepresidente del Consejo General de la ONCE y vicepresidente ejecutivo de la Fundación ONCE; y Manuel Aznar Lopez, abogado y asesor responsable del Area de Sanidad, Trabajo y Seguridad Social del Defensor del Pueblo.

El "master" dura ocho meses, desde noviembre de 1993 a junio de 1994, y consta de 8 cursos, que se interrelacionan entre sí.

Los alumnos de la primera promoción (que finalió en los primeros meses de 1993) trabajaban ya previamente en diversas organizaciones no gubernamentales, especialmente en la ONCE o en asociaciones de minusválidos físicos y psíquicos. La mayoría de ellos padecen algún tipo de minusvalía.