"La impresión que he traido de Madrid es que, desde el punto de vista de Convergència, y más concretamente de su grupo parlamentario, hay una decisión de mantener la coherencia, y los compromisos que se han adquirido no se van a romper", comentó Maragall, que ayer se desplazó a Madrid para entrevistarse con el secrtario de Estado de Hacienda.

Por su parte, el líder de Iniciativa per Catalunya, Rafael Ribó, declinó hoy hacer comentarios sobre los problemas de la coalición "por respeto" a los debates y crisis que puedan presentarse en otras formaciones.

Ribó sí se refirió a lo que consideró el "fondo de la cuestión", la reforma del reglamento del Senado, que, a su juicio, "es cosmética autonómica", ya que no la convierte en "la Cámara representativa territorial que debería ser, ni permite utilizar las diferetes lenguas autonómicas del Estado como instrumento de trabajo".

El dirigente de Iniciativa efectuó estas declaraciones en una rueda de prensa en la que presentó la campaña de apoyo de su formación a la huelga general del 27-E.

Ribó hizo una defensa férrea del derecho a la huelga y calificó de "chantaje" las apreciaciones del ministro de Interior, Antoni Asunción, que dice estar "inquieto" por la posible acción violenta de los piquetes.

Advirtió que su partido está dispuesto a presentar un rcurso de amparo al Tribunal Constitucional y al Defensor del Pueblo para que el derecho a la huelga puede ejercerse en plena libertad.

"Es grave que el ministro de Interior, recién estrenado, ya cometa este resbalón y, en lugar de la Constitución, equipara el derecho a la huelga a problema de orden público", dijo.