"Es una situación caótica en organización, porque supone que este fin de semana 250.000 pasajeros, que pasan por los aeropuertos de Baleares, se van a encontrar con retrasos, dificultades, problemas, deficiencis, y esa es la parte que se ve del problema", explicó.

Agregó que "la parte para nosotros más difícil, la que más nos duele, es la gravísima imagen con la que se van a ir de aquí (turistas) después de las vacaciones, con tanto esfuerzo como ha hecho Baleares para tener una imagen de calidad de servicio, de calidad de vida, de calidad en las playas y en los hoteles".

Cañellas pidió como solución al problema la puesta en marcha de pasillo alternativos. "Lo que nos interesa es que, ante esa situació, la solución que se adopte sea definitiva. Y esa solución definitiva sólo viene por el desdoblamiento en varios pasillos aéreos o por la creación de uno para nosotros solos. 17.000.000 de pasajeros y 150.000 vuelos al cabo del año no son 'moco de pavo'".