Según an confirmado a Servimedia fuentes solventes de Economía, el contrato-programa Renfe-Estado obliga a éste último a aumentar su endeudamiento en la misma medida en que recorte cada año las transferencias comprometidas, por lo que no existe una decisión en firme y tampoco se ha comunicado nada a la compañía.

De hecho, añadieron, la prórroga de presupuestos para 1996 ya ha supuesto un recorte de 38.000 millones de pesetas sobre los cerca de 320.000 previstos para este ejercicio, y dicho ajuste recae diretamente en la partida de 'deuda histórica' del Estado con Renfe por cantidades comprometidas y no satisfechas en sucesivos ejercicios.

Además, explicaron las mismas fuentes, un recorte sobre las cantidas previstas en el contrato Renfe-Estado no sólo aumenta el endeudamiento de las arcas públicas, sino la cuenta de intereses financieros que la compañía tiene abierta a la Administración por dicha deuda no satisfecha.

Un recorte adicional de unos 30.000 millones más como el estudiado para Renfe elevría la deuda del Estado en concepto de cantidades no satisfechas al monopolio estatal ferroviario en 68.000 millones de pesetas, más otros 6.000 millones de pesetas por intereses.

La única partida, según Economía, por la que el Gobierno podría aplicar un recorte significativo en materia ferroviaria es la de gastos en vías, pero ello afectaría a la partida de inversiones en infraestructuras en la que Fomento es muy sensible a 'tocar'.