Este incremento en el número de pólizas garantizó una producción agraria superior a los 28,5 millones de toneladas y cubrió las siembras realizadas sobre una superficie de 6 millones de hectáreas.

Respecto al valor de lo asegurado, la cifra se proximó al billón de pesetas, lo que supone un tercio de la producción total susceptible de ser asegurada en España. Según Agroseguro, el alza en la contratación se debió a la alta siniestralidad registrada en 1999, el peor año para los seguros agrarios en toda su historia.

El cultivo que registró un mayor aumento del valor asegurado fue el de las producciones herbáceas (194.265 millones), seguido por el ganado vacuno (97.612 millones), los cítricos (83.335 millones) y el tomate de Canarias (29.923 milones), que experimentó un aumento del 70% con respecto a 1999.

En cuanto al grupo de lineas experimentales, los seguros integrales (cereales) y de rendimiento (olivar, remolacha y almendro) acumularon un total de 158.761 millones de pesetas, seguidos por los frutales de hueso y pepita (100.438 millones) y las hortalizas (39.900 millones)

Por otra parte, Agroseguro reconoce que durante el 2000, la buena climatología posibilitó una reducción de la tasa de siniestralidad en un 33%, con un coste totl en siniestros abonados de 26.334 millones de pesetas, frente a los casi 40.000 millones que se pagaron en 1999.