Eso significa que sólo el 4,5 por ciento de los contratos registrados en el INEM fueron indefinidos, mientras que el resto (hasta casi cinco millones en total) corresponden a ditintas modalidades de empleos temporales.

Además, es preciso tener en cuenta que un tercio de los contratos indefinidos registrados eran para empleos fijos discontinuos, aplicados a trabajos muy espaciados en el tiempo y por ello con salarios muy bajos, aunque con la seguridad de la continuidad laboral.

El aspecto más positivo del 93 reside en los 43.800 empleos fijos registrados al amparo de las medidas de incentivación a los contratos indefinidos aprobadas a mediados de 1992 junto con el recort de la prestación del desempleo, dentro del conocido popularmente como "decretazo".

Esas medidas facilitaron la conversión en fijos de mas de 20.000 contratos de prácticas y cerca de 10.000 de formación, así como casi seis mil de personas con minusvalías y 5.000 de mayores de 45 años.

Por contra, las subvenciones otorgadas para realizar este tipo de contratos tuvieron un resultado aparentemente pobre en el caso de las mujeres infrarrepresentadas en sus sectores o deseosas de incorporarse a la actvidad laboral tras un periodo de abandono, generalmente por boda o maternidad. Apenas se firmaron quinientos contratos de estas características.

MAS EVENTUALES

Los datos del Ministerio de Economía ponen de relieve que las empresas han abandonado el "contrato estrella" de los años del "boom" económico, el temporal de fomento del empleo, en lo que puede haber influido el alargamiento de su duración mínima de seis meses a un año. Se suscribieron 547.400, la mitad que tres o cuatro años antes y un 36 po cien menos que en el 92.

Paralelamente, cobraron una mayor importancia tanto los empleos de obra o servicio como los eventuales por circunstancias de la producción y los de interinidad.

Entre esas tres modalidades sumaron casi tres millones de contratos, dato que los sindicatos interpretan como un inequívoco aumento de la precariedad laboral, puesto que tres de cada cinco contratos realizados en el 93 eran de este tenor.

El fenómeno de la "fuga" del contrato temporal de fomento del empleo aotros menos estables también se refleja en el fuerte incremento de los trabajos a tiempo parcial, que por primera vez superaron en número a aquellos, al totalizar 633.900.