La disminución en el consumo de esta bebida es habitual desde finales de la decada de los ochenta, aunque 2004 se cerró con una ligera recuperación del sector.

El consumo de vino en España cae fundamentalmente en bares, cafeterías, hoteles y restaurantes (-3,6%), mientras que en los hogares apenas varía (-0,2%).

El descenso fuera del hogar se centra exclusivamente en el vino de mesa, con una pérdida de 37 millones de litros que no se ven compensados con los 23 millones ganados por los de denominación de origen y los 1,7 millones de los espumosos y los cavas.

En el consumo doméstico, por su parte, la cifra global se mantiene prácticamente estable, aunque también cae el vino de mesa en 4 millones de litros, que apenas se compensan por el aumento del consumo de vinos con denominación de origen (3 millones de litros) y de cavas y espumosos (0,2 millones de litros).