El ministro de Consumo, Alberto Garzón, se reunió este jueves con responsables de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) para aclararles su posición sobre las macrogranjas tras la polémica generada por sus recientes declaraciones sobre las explotaciones intensivas y la calidad de su carne.

Garzón aceptó la propuesta que le hizo UPA de estudiar esa suerte de ‘sello de calidad’ de la carne de explotaciones familiares, como ya se está haciendo en la venta al consumo de artículos como el aceite del olivar tradicional, tras acuerdos de UPA con cadenas de distribución como Lidl, según explicó tras la reunión el secretario general de la organización agraria, Lorenzo Ramos.

El propio ministro señaló en un comunicado tras el encuentro que “los consumidores tienen derecho a saber con la mayor precisión posible de dónde procede la carne que están consumiendo” y por eso su Ministerio “estudiará las propuestas de UPA relacionadas con el etiquetado de los productos cárnicos”.

Garzón calificó la reunión con UPA de “fructífera y productiva”. En el encuentro, el ministro volvió a defender "la ganadería extensiva, familiar y social", “que genera puestos de trabajo y produce arraigo en la población”, frente al modelo de las macrogranjas, que insiste que son “explotaciones que es necesario frenar y limitar para proteger el planeta, el mundo rural y la ganadería”.

El ministro consideró “muy importante” que la ciudadanía y los consumidores tengan las herramientas necesarias para saber “diferenciar qué productos proceden de las macrogranjas” y cuáles no.

DISCULPAS Y MALESTAR

Por su parte, el secretario general de UPA dijo que Garzón les había transmitido que no todas las explotaciones intensivas son macrogranjas y que así lo está aclarando a los medios para que no haya dudas tras la controversia suscitada.

Ramos celebra esa aclaración, porque recuerda que en España hay explotaciones familiares extensivas pero también intensivas porque muchos jóvenes que quieren montar un negocio ganadero tienen que reunir un mínimo de cabezas de ganado para acceder a ayudas. "El 99,99% de esas explotaciones familiares tienen una carne excelente y que tiene el beneplácito de la Agencia de Seguridad Alimentaria”.

“No nos ha pedido disculpas y nosotros tampoco se las hemos pedido”, señaló Ramos cuando se le preguntó por las explicaciones de Garzón sobre la polémica por sus palabras a 'The Guardian'. “Sí le hemos trasladado al ministro nuestro malestar, porque haya dicho una cosa u otra o se le haya interpretado mal o no, eso ha salido en un medio de comunicación extranjero y no es bueno para los ganaderos, le hemos dicho que nos parece que hay que corregirlo”.

UPA quiere que se “saque a los ganaderos de un debate” que no les ayuda, y que se avance con medidas como las que piden de diferenciación del etiquetado. “El ministro ha visto con buenos ojos nuestra propuesta”, comentó el dirigente agrario.

Garzón también aceptó la invitación que le hizo UPA para visitar varias explotaciones ganaderas de distinto tamaño, “una vez que no haya procesos electorales de por medio, porque está habiendo mucha politización y no queremos que nadie coja bandera política de esta cuestión”.