Desde el Gobierno se recuerda que este tipo de armas de imitación no son juguetes y se apela a la responsabilidad de los padres.

El citado Servicio de Consumo indica que estas armas son réplicas de las reglamentadas, construidas en plástico o metal, conocidas como pistolas que disparan bolas de plástico de PVC de 6 milímetros de diámetro con unas velocidades comprendidas entre los 30 y los 120 metros por segundo, proporcionando la potencia de impacto un perforado visible en las dianas de papel.

Consumo agrega que estas armas no son juguetes y, por tanto, se están utilizando inadecuadamente por parte de la población infantil, siendo "palpable el potencial riesgo para la salud y seguridad".

Aconseja este departamento de la Comunidad Foral que tales juguetes deben tratarse con el mismo respecto que se haría con un arma de fuego real, respetando las normas básicas de seguridad: no deben ser utilizadas por menores de 14 años; no apuntar a personas o animales; tener las armas fuera del alcance de los niños; y tener siempre las armas descargadas y con los seguros puestos.