Este estudio dirigido por el profesor Lluís Serra, del Centro de Investigación en Nutrición Comunitaria de Barcelona, fue realizado el año pasado sobre una muestra de 10.208 individuos de entre 25 y 60 años.

El trabajo detecta que las personas que consumen con moderación cerveza aportan a su dieta cantidades más elevadas de folatos (ácido fólico), especialmente en el caso de las mujere, y de otras vitaminas del grupo B (riboflavina, niacina, tiamina, ácido pantoténico y biotina), todas ellas importantes para un buen desarrollo del equilibrio nervioso.

Además, la determinación in vitro/in vivo de la biodisponibilidad del ácido fólico contenido en la cerveza, realizado por la Universidad de San Pablo CEU, apunta que el consumo moderado de cerveza aporta un 12% de las necesidades diarias de ácido fólico.

Este nutriente, además de prevenir la anemia megaloblástica, reduce el riesg de sufrir defectos del tubo neural en el nacimiento, y disminuye la concentración de homocisteína, un nuevo factor de riesgo cardiovascular.

También se observan diferencias en el riesgo de ingesta inadecuada de otras vitaminas entre las mujeres consumidoras de cerveza y no consumidoras, siendo menor en las primeras.