Los consumidores están en contra de que la prohibición o no de fumar en el trabajo se decida en el ámbito de la negociación colectiva, como proponen patronal y sindicatos.

Las organizaciones de consumidores sostienen que la erradicación del tabaco de los centros laborales es una pieza clave en la consecución de los espacios comunes sin humos, "para la protección de los no fumadores y para la reducción cuantitativa de los fumadores".

Asimismo, aunque el CES no se pronuncia al respecto, proponen que se retiren todas las máquinas expendedoras de tabaco porque no permiten controlar la venta de tabaco a menores, cuya prohibición es uno de los objetivos esenciales de la ley.

En cuanto a la publicidad del tabaco, la ley prohíbe tanto la publicidad directa como la indirecta, pero el dictamen del CES pide que se elimine la prohibición de hacer publicidad en "denominaciones comunes" (discos, camisetas, complementos) que tienen el mismo nombre que la marca del tabaco y van dirigidas fundamentalmente a los más jóvenes.

Justo lo contrario que defienden los consumidores, para quienes este tipo de productos no son más que publicidad encubierta.