La Junta ha realizado un informe descriptivo sobre una muestra de 76 municipios que representan al 60% de la población andaluza, con la intención de analizar el impacto de las campañas de información, conocer los servicios que provocan más quejas y proyectar estos resultados sobre la intervención de la administración autonómica.

Más del 90% de las reclamaciones ealizadas se efectuaron a través de las oficinas y asociaciones del consumidor. En Andalucía existen tres federaciones y más de 80 asociaciones provinciales. De las 27.245 quejas registradas el año pasado, el 17% fueron no procedentes.

A juicio de Maria Antigua Escalera, directora general de Salud Pública, el perfil del reclamante andaluz es un ciudadano residente en una población de tamaño medio, entre 10.000 y 30.000 habitantes, dedicado a un oficio, con titulación media o ama de casa, cuyo desconteto más manifiesto va dirigido hacia la hostelería, electricidad o alimentacción.

La Junta ha realizado, en estos tres años, ocho campañas en el sector alimenticio, en el que se han inspeccionado a 1.643 establecimientos y se han realizado 3.000 tomas de mustras.

En la inspección de los servicios se ha efectuado cuatro campañas. En este sentido, Escalera subrayó que Andalucía ha sido la única comunidad autónoma que ha analizado la calidad de las gasolinas y gasóleos. La Junta ha detectado un 20% d irregularidades en las 591 estaciones de servicio inspeccionadas.

Otras de las iniciativas llevadas a cabo por la Junta ha sido una campaña de transparencia bancaria en la que se ha visitado 536 bancos y cajas de ahorro, y se ha detectado un 17% de deficiencias, en su mayoría por falta de información sobre reclamaciones.

La Consejería de Salud del Gobierno Andaluz ha puesto también en marcha una red de alerta de productos industriales para detectar productos que presenten riesgos para la seguridd del consumidor, con la consiguiente retirada inmediata del producto del mercado.

Trece de los 72 productos denunciados en 1993, en su mayoría productos de empresas asiáticas, han sido paralizados en su distribución por riesgo de intoxicación.