Los consumidores andaluces denunciaron la "auténtica proliferación" en la oferta de este tipo de alimentos "bajo reclamos atrayentes, vagas afirmaciones o símbolos que pretenden identificarlos" con ventajas sobre la salud.

Estas "deficiencias del etiquetado y la publicidad" llevan a los consumidores a no identificar los probables riesgos de salud ni los considerables perjuicios económicos que suelen acompañar al consumo indiscriminado de estos productos, según señaló Al-Andalus en un comunicado.

De acuerdo con la mayoría de expertos, los alimentos funcionales son aquéllos en los que se han probado científicamente los efectos beneficiosos específicos sobre alguna de las funciones vitales del organismo, con la consiguiente mejora del estado de salud y la reducción del riesgo de enfermedad.

En esta categoría alimenticia se distinguen los alimentos no modificados y los productos alimenticios modificados con la pretensión de conferirles estas propiedades.

Al-Andalus resaltó que "el derecho a la información se vulnera constantemente" por la ausencia de datos referidos a los mecanismos de actuación de los ingredientes funcionales, cantidad diaria recomendada, modo de empleo y precauciones que deben adoptarse, sobre todo por los grupos de riesgo.

Para hacer frente a esta situación, Al-Andalus está realizando una campaña informativa en colaboración con la Dirección General de Consumo andaluza que persigue concienciar a la población sobre los perjuicios que puede ocasionar el consumo indiscriminado de este tipo de alimentos.

En la misma línea, han editado una "Guía sobre Alimentos Funcionales" que se distribuirá en las oficinas provinciales de Andalucía y cuyo mensaje central será que, "en condiciones de normalidad, la mejor forma de conservar la salud, en relación con la alimentación, consiste en el seguimiento de una dieta suficiente en calorías, adecuada acada persona y equilibrada, sin que se tenga que recurrir a los alimentos funcionales, con el consiguiente ahorro económico."