Gómez de Aranda salió esta mañana desde la ciudad napolitana rumbo a L'Aquila para sacar de allí al grupo de unos 25 españoles, formado por estudiantes de Erasmus, amigos de éstos, y un par de turistas, que habían pedido ayuda al consulado tras el terremoto de intensidad de 6,3 en la escala de Richter, ha dejado varios muertos en la región central italiana de Abruzzo.

Los estudiantes, relató, se "van llamando" unos a otros para ver cómo están y se aglutinan en una zona a la espera de que llegue el autobús de la Embajada española.

Ante esta situación de "emergencia", señaló, se acogerán en el autobús a todo aquel que entre en el vehículo. Incluso "si hay que ir sentados en el suelo", añadió el cónsul. A la vuelta, el autobús llegará hasta Roma para que el que quiera pueda continuar su viaje hasta España.

El diplomático español viaja personalmente en el autobús para poder saltar los controles instalados por las autoridades italianas en los accesos a la ciudad impidiendo la entrada de vehículos. Ese es el "único problema" porque las carreteras están "perfectas" y las autoridades italianas están controlando las carreteras y dirigiendo la situación.

El cónsul español informó de que el embajador de España, Luis Calvo, está en permanente contacto con las autoridades italianas de Protección Civil. Éstas dicen que, por el momento, no hay "víctimas españolas" entre los afectados pero que aún hay decenas de desaparecidos.

Además, Gómez de Aranda informó de que se ha contactado con la colonia española en la región, formada por una veintena de personas, y que están "bien".