Explicó que para empezar a construir en la misma zona, primero habrá que "desmontar" lo que queda del Windsor, operación "muy delicada" que llevará muchos meses y costará unos 22 millones de euros.

A partir de ahí, para conseguir un edificio de unas 30 plantas, que se eleve ligeramente por encima de los 100 metros, con una superficie de unos 1.000 metros cuadrados útiles en cada planta, sería necesaria una inversión que rondaría los 55 millones de euros (más de 9.000 millones de las antiguas pesetas).

Respecto al tiempo estimado para la construcción de un nuevo rascacielos, Ynzenga rechazó hacer una aproximación, dado que dependería del esfuerzo del constructor y del tipo de edificio sobre el que se quiera apostar.