Roa señaló que la producción del sector caerá este año entre un dos y un tres por ciento, con lo que se convertirá en el primer ejercicio con un crecimiento negativo desde 1984. En el primer trimestre, el descenso de la actividad fue del 3,3 por cien, según los datos facilitados ayer por el Insituto Nacional de Estadística (INE).

El presidente de la CNC dijo que la finalización de las obras del 92 no debería traducirse una caída en picado de la licitación oficial de proyectos de infraestructuras, que disminuyó un 56 por ciento en los cuatro primeros meses del año.

Roa señaló que las constructoras harán valer el compromiso del Gobierno de invertir el 5 por ciento del PIB en infraestructuras, y reclamarán un pago más rápido de las obras, a fin de reducir la deuda acumulada, que se acercaya a los 800.000 millones de pesetas.

No obstante, el presidente de la CNC señaló que los beneficios de las constructoras serán este año similares a los del 91 "porque estamos viviendo de la cartera que teníamos. El problema es que la cartera de pedidos no se repone al ritmo de la producción".

El coste de la caída de la producción recaerá principalmente sobre el empleo, según Roa, quien indicó que en los cuatro primeros meses la población ocupada en el sector disminuyó un 12 por ciento en relació al mismo periodo del año pasado.