LA CONSTRUCCION TENDRA CRECIMIENTO NEGATIVO EL AÑO QUE VIENE, POR PRIMERA VEZ DESDE EL 84
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El sector de la construcción tendrá el año que viene un crecimiento negativo de entre un 2 y un 3 por ciento, alcoincidir los recortes presupuestarios y el término de las grandes obras públicas del 92, según afirmó hoy el presidente de la patronal Seopan, Mariano Aisa.
Será el primer ejercicio con crecimiento negativo desde 1984, año a partir del cual la construcción remontó su crisis y se convirtió en uno de los motores del despegue económico de la segunda mitad de los ochenta.
La recesión se hará notar ya en el conjunto de 1991. Este año, el sector, que da trabajo a 1.275.000 personas, crecerá entre un 4y un 4,5 por ciento, frente al 6 por cien inicialmente estimado por Seopan.
Ante esta situación, Aisa hizo un llamamiento al Gobierno para que no sacrifique al objetivo de alcanzar un déficit público cero la inversión en infraestructuras, y pidió que ésta siga absorbiendo en los próximos años el 5 por ciento del PIB.
Resaltó que la previsible recesión del sector constructor en 1992, aunque no puede compararse a la de los años setenta, repercutirá muy negativamente en el conjunto de la economía, y que la formación bruta de capital fijo de sus empresas representa el 62 por ciento del total.
En su opinión, la mejor solución, ya que no es posible reducir los gastos corrientes, es emitir deuda pública especial para financiar exclusivamente obras de infraestructura. "Lo contrario sería como sacar al niño del colegio porque la familia tiene demasiados gastos en el colegio", adujo.
Puso como ejemplo el caso del Primer Plan de Carreteras que, a su juicio, necesita medio billón de pesetas en inveriones en cada uno de los tres próximos años, lo que sería imposible con unos presupuestos restrictivos.
Según Aisa, es necesario un marco plurianual estable para la inversión en infraestructuras, para evitar retrasos en la ejecución que, además de comprometer la competitividad de la economía, encarecen el precio de las obras.
LA DEUDA DE LA ADMINISTRACION
A este respecto, señaló que la deuda de la Administración con las constructoras por obra ya ejecutada y aún no paga se sitúa entre 650.000 y 00.000 millones de pesetas.
Se trata de deudas acumuladas como consecuencia de las trabas burocráticas causadas por la Ley de Contratos del Estado, el retraso en los pagos de la Dirección General del Tesoro y el exceso de licitación de obra pública en relación a los presupuestos con que se contaba para financiarla.
Aisa explicó que han transmitido sus inquietudes al ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, de quien afirmó que hace lo que puede para conseguir más recursos.
No ostante, insistió en que, para paliar la recesión que se avecina en el sector, es insuficiente la introducción generalizada de peajes y sistemas de financiación privada para la contrucción de obras públicas.
Señaló, asimismo, que el Plan de Viviendas prometido por el PSOE en las últimas elecciones municipales y autonómicas puede "animar" el sector "si se desarrolla", extremo que puso en duda ante las dificultades presupuestarias con que se encontrará.
(SERVIMEDIA)
17 Ene 1991
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