El Plan Norte supone un "esfuerzo de modernización" del Ejército de tierra que peitirá afrontar en el futuro "las misiones internacionales" que viene desarrollando con eficacia y material adecuado, según dijo el ministro de Defensa, Julián García Vargas, al final de la reunión del Gabinete.

Este proyecto persigue la modernización del Ejército de Tierra, que tendrá en el siglo XXI un mayor volumen de oficiales y suboficiales "con muy buena preparación técnica y una número más reducido de tropas y más adaptado a las necesidades de seguridad de España".

El Plan contempla la elimnación de las seis regiones militares actuales y la creación una sóla unidad compuesta por 15 divisiones, en lugar de las 20 que funcionan ahora. Estos cambios se realiarán progresivamente mediante un programa de transición en dos fases.

La primera de ellas, entre 1995 y 1996 supondrá la disolución y traslado de todas las unidades afectadas y el abandono de más de 80 instalaciones militares que permitirán la concentración de las fuerzas en los cuarteles más modernos y la concentración del material máseficaz.

FINANCIACION

La reforma del Ejército de Tierra, planeada por el Cuartel General de dicho cuerpo, será financiada con fondos propios del ministerio de Defensa y gracias a acuerdos con los ayuntamientos a los que se cedan las intalaciones abandonadas por las Fuerzas Armadas.

Los planes concretos serán financiados con partidas destinada por el propio Consejo de Ministros, que tendrá muy en cuenta si éstos sirven para promover el desarrollo de la industria nacional de defensa, en franco decive en al actualidad, según anunció García Vargas.

En este sentido, el ministro recordó que el Ejército de Tierra tiene pendiente la renovación de su flota de vehículos, el refuerzo de sus sistemas de transmisión y sus dotaciones de artillería, necesidades todas ellas que puede cubrir en su mayor parte la industria nacional.

El nuevo despliegue del Ejército está motivado por una nueva idea de la seguridad nacional que supera la dedicación exclusiva al territorio nacional para sustituirla por el cncepto de seguridad compartida con los aliados.

"Ya no existe defensa autárquica", dijo el ministro, sino que es necesario un Ejército en el que primen los criterios de "funcionalidad y movilidad" que lo capaciten para realizar acciones fuera de nuestras fronteras en el seno de contingentes multinacionales.

MENOS EFECTIVOS

El Ejército de Tierra quedará constituido, tras la reforma, por una fuerza permanente y una reserva movilizable. Las quince brigadas quedarán distribuidas así: ocho de ellas erán permanentes y completas y quedrán redistribuidas en la península. Otras cuatro brigadas serán movilizables y estarán incompletas, sólo tendrán todos sus efectivos en caso de crisis. Las tres brigadas restantes serán fuerzas de guarnición, cuya misión será la defensa de Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla

Las unidades que comprondan la fuerza no estarán ligadas al territorio en que se ubican, sino que estarán concebidas con capacidad de proyección al exterior y podrán ser empleadas en cualquier esacio en que haya que garantizar la defensa de los intereses naciones o los compromisos internacionales.

Se llevará a cabo una concentración de la fuerza y sus apoyos, hoy muy dispersos, teniendo en cuenta cuales son las mejores instalaciones del Ejército y la situación de los campos de maniobras. El nuevo despliegue garantiza la presencia militar en todas las comunidades autónomas para permitir a los jóvenes cumplir la `mili' dentro de su autonomía.

La fuerza terrestre se articulará en cuatro bloues: fuerza de maniobra, que será el nucleo principal; fueras específicas para la acción conjunta, fuerzas de defensa de area y fuerzas movilizables de defensa.