La reunión preparatoria, extraordinariamente larga (casi seis horas), comenzó en un clima de gran tensión. Algunos consejeros se mostraron contrariados por la poca claridad del Gobierno a la hora de explicar las diferencias entre la propuesta presentada en julio y la de esta semana, que reporan una disminución de 125.000 millones de pesetas en los ingresos de las autonomías.

En estos primeros momentos, incluso se rumoreaba un posible aplazamiento del Consejo de Política Fiscal y Financiero, que finalmente se celebrará el lunes, como estaba previsto. Unicamente Cataluña y Madrid se mostraron abiertamente a favor de la propuesta de Hacienda.

Paradójicamente, la subida de tensión sufrida por el consejero valenciano, José Luis Olivas, enfrió los ánimos. Durante su intervención, Olivas surió una indisposición que le obligó a abandonar la sala y a recibir las atenciones de los servicios médicos del Ministerio de Economía y Hacienda.

En un receso que se produjo a la espera de la recuperación del representante valenciano, los consejeros de Galicia, José Manuel Orza, y de Castilla y León, Isabel Carrasco, señalaron la necesidad de que se aprobase un mecanismos de compensación que garantizara la solidaridad del sistema, aunque en ningún momento plantearon claramente su oposición.

Las oticias sobre la indisposición del consejero valenciano causaron bastante revuelo en la sede del Ministerio de Economía y Hacienda. La esposa de Olivas telefoneó para conocer el estado de salud de su marido, y no paró hasta que consiguió hablar con él. También llamaron, entre otros, la secretaria del propio consejero y la del ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato.

Después de una hora, el consejero valenciano se reincorporó a la reunión, con buen aspecto y lamentando los trastornos ocasionados on las noticias sobre su estado de salud.

A partir de este momento el ambiente se fue distendiendo, aunque la consejera andaluza, Magdalena Alvarez, y el extremeño, Manuel Amigo, aprovecharon sus intervenciones para quejarse largamente de todas las peticiones que habían efectuado y no había atendido Hacienda.

El golpe de mano definitivo se dió en la última media hora de la reunión. Juan Costa propuso la creación de un fondo de garantía, para atender las peticiones de Galicia y Castilla y León.

Sin embargo, el consejero canario, José Carlos Francisco, hizo notar la precipitación con la que se va a zanjar el tema, puesto que la última propuesta del Gobierno se presentará el lunes por la mañana y debe ser votada por la tarde. Francisco demandó un aplazamiento de 48 horas del Consejo de Política Fiscal y Financiera, pero no se le hizo caso.

Francisco, visiblemente contrariado, anunció al final de la reunión que no descarta el voto negativo al sistema de financiación autonómica. Muy enfadados alieron también los representantes de Andalucía y Extremadura, mientras que los de Castilla y León y Galicia no ocultaron su satisfacción.