Siempre según estas fuentes, PSOE, CiU e Izquierda Unida justifican su postura en el auto 135/2004 del TC que desestimaba el recurso de amparo presentado por el Gobierno de José María Aznar contra dos actos: la remisión del texto por parte del Gobierno vasco y la consiguiente admisión a trámite del mismo por parte de la Mesa del Parlamento Vasco.

El Ejecutivo del PP argumentaba entonces, como hoy el Grupo Popular a propósito de la reforma del Estatuto Catalán en el Congreso, que la Mesa del Parlamento Vasco estaba tramitando una reforma constitucional encubierta y no un cambio del Estatuto de Gernika.

El TC rechazó el recurso de amparo con el argumento de que la inconstitucionalidad sólo puede ser causada por normas aprobadas, "nunca por proyectos o intenciones normativas que, en cuanto tales, pueden tener cualquier contenido".

"La jurisdicción", prosigue el fallo 134/2004 del TC, "puede reaccionar contra la forma jurídica que resulte de esas intenciones, pero la intención misma y su debate o discusión son inmunes en una sociedad democrática a todo control jurisdiccional, singularmente si el debate se sustancia en un Parlamento, sede privilegiada del debate público".

"Decir que el contenido de la propuesta del Gobierno Vasco es contrario al ordenamiento vigente", replicaba el TC al escrito del abogado del Estado, "no es decir nada de cualquier norma que pretenda, justamente, la reforma de ese ordenamiento. Si la antijuridicidad se predicara, no ya de normas definitivamente instaladas en el ordenamiento, sino de simples proyectos de normas, antes aún, de la sola intención de producir normas, estonces el cambio y la reforma serían literalmente imposibles".

EL PP BUSCA HACER OBLIGADO SU APOYO

A pesar de aquella sentencia, el PP no renuncia en el caso catalán, a un nuevo recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional en busca de que ahora le dé la razón y se tramite como reforma constitucional. Ello la bloquearía de facto ya que una reforma de la Carta Magna necesita un mínimo de 2/3 de los diputados y obligaría al PSOE a contar con el PP. Hoy, en rueda de prensa, el secretario general de este partido, Angel Acebes, explicó que el primer paso será recurrir ante la propia Mesa la tramitación como reforma estatutaria que aprobará mañana.

Si la Mesa lo rechaza, el PP presentará recurso de amparo al Tribunal Constitucional en el plazo de un mes. Esto en ningún caso evitaría el debate de totalidad en el Pleno previsto para el 2 de noviembre.

Además, el PP no descarta plantear cuantos recursos sean necesarios ante la Mesa del Congreso durante el debate parlamentario en ponencia y en comisión, en los meses venideros. La última baza será el recurso de inconstitucionalidad, caso de que el nuevo Estatuto llegue a entrar en vigor.

El secretario general del PP reiteró la necesidad de que el Consejo de Estado y el Consejo General del Poder Judicial se posicionen sobre la reforma estatutaria con sendos informes a los que, en su opinión, no puede negarse el Partido Socialista.

Acebes manifestó que sería "incongruente e imposible de explicar" para el presidente del Gobierno que José Luis Rodríguez Zapatero que el PSOE no admitiera la elaboración de ambos informes sobre el contenido del estatuto y sus posibles elementos de inconstitucionalidad.

PSOE: "JUEGO DE DISTRACCION"

Por su parte, El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, respondió que su partido no entrará "en el juego ni la distracción" que busca el PP al anunciar que se opondrá mañana a la admisión a trámite hasta tener informes de constitucionalidad.

Los socialistas consideran que el texto goza de la legitimidad democrática suficiente para ser debatido y enmendado en el Congreso de los Diputados con el objetivo de garantizar su encaje a la Constitución.

Rechazan por ello "portazos" como el que quiere dar el PP a ese texto y que atribuyen a una estrategia de oposición basada "en la crispación y el enfrentamiento".

En este asunto, como en otros muchos, sentenció Blanco, el PP sigue los pasos del "maestro" José María Aznar, "acostumbrado a resolverlo todo a portazos, pero eso no es lo que España necesita".

"Mariano Rajoy con una mano dice que España se rompe y con la otra trata de romperla, dando un portazo a Cataluña y alimentando la división entre ciudadanos y la confrontación entre territorios", denunció Blanco.

ERC AVISA AL PSOE

Aunque Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) no tiene representante en la Mesa del Congreso, su portavoz adjunto, Joan Tardá, en declaraciones a Servimedia advirtió hoy al PSOE de que su partido "espera que no haya sorpresas desagradables" en lareunión de mañana.

ERC supone que el PP "tendrá alguna preparada" para la reunión de la Mesa sobre la "supuesta inconstitucionalidad" deltexto remitido por el Parlamento de Cataluña.

Tardá sostiene que, como el secretario general del Grupo Popular y representante de ese partido en la Mesa, Gabriel Cisneros, "no es el TC", todo hace prever que el texto se tramitará como reforma estatutaria "con normalidad y saldrá adelante".